miércoles, 2 de marzo de 2011

Unamuno- Fragmento de San Manuél Bueno, mártir (Belén Álvarez, Silvia Martínez)

 FRAGMENTO:

Ahora que el obispo de la diócesis de Renada, a la que pertenece esta mi
querida aldea de Valverde de Lucerna, anda, a lo que se dice, promoviendo el
proceso para la beatificación de nuestro Don Manuel, o, mejor, san Manuel Bueno,
que fue en esta párroco, quiero dejar aquí consignado, a modo de confesión y sólo
Dios sabe, que no yo, con qué destino, todo lo que sé y recuerdo de aquel varón
matriarcal que llenó toda la más entrañada vida de mi alma, que fue mi verdadero
padre espiritual, el padre de mi espíritu, del mío, el de Ángela Carballino.
Al otro, a mi padre carnal y temporal, apenas si le conocí, pues se me murió
siendo yo muy niña. Sé que había llegado de forastero a nuestra Valverde de
Lucerna, que aquí arraigó al casarse aquí con mi madre. Trajo consigo unos cuantos
libros, el Quijote, obras de teatro clásico, algunas novelas, historias, el Bertoldo,
todo revuelto, y de esos libros, los únicos casi que había en toda la aldea, devoré
yo ensueños siendo niña. Mi buena madre apenas si me contaba hechos o dichos de
mi padre. Los de Don Manuel, a quien, como todo el mundo, adoraba, de quien
estaba enamorada claro que castísimamente, le habían borrado el recuerdo de los
de su marido. A quien encomendaba a Dios, y fervorosamente, cada día al rezar el
rosario.”


 

En este fragmento se intuye un aprecio por la literatura del pasado (Trajo consigo unos cuantos libros, el Quijote, obras de teatro clásico, algunas novelas, etc. ). Se contempla y describe el paisaje castellano (Valverde de Lucerna, Zamora).
El estilo es sencillo y el vocabulario, sobrio.
Se utilizan términos del mundo rural (aldea).
En el fragmento se aprecia una gran influencia por parte de la iglesia.
Desde el punto de vista de acción, la novela es muy simple. No hay episodios apasionantes ni aventuras que atraigan nuestro interés. Hay tensión dramática.


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